Llegamos a la costa de la ciudad el día 21 a las 15h, pero no atracamos hasta el 22 temprano. Aquí tuve la segunda de las excursiones-intercambio que PB nos ofrece gratis a los voluntarios (esta costaba 100$). La primera que hice fue en isla Mauricio. Fuimos con el autobús a Viña del Mar, la ciudad pegadita a Valpa, pero antes querían visitar dos lugares turísticos de Valpa, así que como a los borregos nos descargaron 15min en la plaza Sotomayor y 10 minutos en el mirador de Cerro Concepción. Qué sensación tan mala la de ser parte del ganado que va detrás del guía con paraguas en una calle rodeado de chiringuitos de souvenirs. Una vez los japoneses saciaron su hambre de consumir lugares turísticos y se hicieron 200 fotos, fuimos al jardín botánico nacional en Viña del Mar, allí nos esperaba la comunidad Mapuche de Valparaíso y Viña del Mar. Nos recibieron con música. Después de presentarnos nos sentamos en el césped en semicírculo y ellos nos explicaron la historia del pueblo mapuche. Hablaban español y la intérprete, con el megáfono lo traducía a japonés. Nos hablaron de la época de la colonización, cuando la corona española firmó un tratado de comercio con los mapuches donde respetaban sus territorios (al sur, en la Patagonia). Una vez Chile se independizó, después de la guerra contra Perú y Bolivia por los territorios del norte, el estado envió las tropas al sur para combatir contra los Mapuches por el dominio de los territorios del sur. Y la lucha hoy en día continúa. No una guerra abierta pero igual de sangrante y sucia. De camino a la zona de merenderos en el jardín botánico una abuela me contaba cómo en su pueblo, en el sur, los militares emborracharon a un viejo y después prendieron fuego a su ruca con él dentro para poder expropiarle su terreno. La cesión de terrenos por parte del estado a las multinacionales hidroeléctricas y de explotación minera está haciendo que el territorio mapuche sea cada vez menor y con menos recursos. En teoría la Ley 19253 y el Convenio 169 OIT (un tratado internacional de la ONU) dicen que los territorios indígenas son intocables. Pero es sólo un papel. Mientras unos torraban el pollo y la ternera, hacían ensaladas y ponían la mesa, otros charlaban. Estuve hablando con Ruth, Pilmaiken (golondrina) es su pseudónimo, y Débora. Pilmaiken es poeta, me regaló su libro ‘Espíritu del cielo’. Ella es nacida y crecida en el valle de Pilolcura, en tierra mapuche. Débora es una joven nacida y crecida también en el sur, ha venido a Valpa para estudiar. Me contaban cuánto extrañan sus árboles, sus montañas, sus rucas (casas), su familia. “Aquí [en la ciudad] estamos metidas en un cántaro de cemento”. Débora tiene unas ideas bien claras que expresa con las palabras acertadas. Puedes ver en su mirada la lucha y la esperanza de su pueblo. Es una apasionada de la lucha mapuche. “mientras quede un mapuche vivo, la lucha va a seguir”. Una lucha que no es contra los chilenos, es contra el Estado de Chile. Estuve hablando con ellos hasta las 15h. Qué ventaja hablar español y poder escuchar de primera mano sus testimonios, ideas y sentimientos. El canal séptima visión me hizo luego una entrevista para valorar, como voluntario de PB el encuentro con los Mapuches. Le dije que la lucha por la autodeterminación también me tocaba de cerca aunque a otro nivel, que el encuentro había sido muy enriquecedor y que nunca había visto a los japoneses tan abiertos y creando lazos en tan pocas horas. Ya en Valparaíso, de los cuatro compañeros que fuimos al intercambio, Gustavo y Chris se volvieron a la playa de Viña, e Ian y yo nos fuimos a pasear por Valpa. Teníamos cuatro objetivos: comprar vino, comernos unas empanadas, comprar un libro y beber pisco sour. Menos el libro, que no lo encontré en tres librerías, objetivos cumplidos! Por cierto, que en Valparaíso está’ la muchachada más moderna del hemisferio sur. Por la noche, en el barco puesta en común de nuestras experiencias en Valpa con otros compañeros, y noche de ‘Poetry and wine’. Versos y tragos de vino. Como broche, abrí un sobre al vacío de jamón ibérico que todavía tenía de Madrid. *Del poema ‘Ancestros’ de Pilmaiken, libro de poemas ‘espíritu del cielo’.
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Carlos:Viajero, educador, contador de historias y siempre un aprendiz. Archivos
April 2018
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